
Hace exactamente 14 años, un 19 de agosto de 2009, nuestra comunidad de la Refinería Aconcagua sufrió la pérdida de un ser humano excepcional, Moisés Seguel, quien trágicamente nos dejó mientras desempeñaba su labor como operador de la unidad de Hidrocracking en nuestras instalaciones. Esta fecha nos invita a recordar y honrar la vida y legado de Moisés, quien tocó nuestros corazones con su amistad y calidad humana.
Moisés, originario de Magallanes, llegó a nuestras vidas como un verdadero regalo. Su espíritu amable, su dedicación y su empeño en todo lo que hacía dejaron una marca imborrable en cada uno de nosotros. Moisés no solo era un compañero de trabajo excepcional, sino también un amigo sincero y un ser humano que irradiaba bondad y compasión.
A medida que recordamos a Moisés en este día, también deseamos hacer un llamado al auto cuidado y a la seguridad en nuestro entorno laboral. Su sorpresiva partida nos recuerda la importancia de estar siempre alerta y conscientes de nuestro bienestar y el de nuestros compañeros. Recordemos que cada uno de nosotros juega un papel fundamental en la seguridad de nuestra empresa, y debemos trabajar juntos para garantizar que todos regresemos a casa sanos y salvos al final de cada jornada.
Mientras conmemoramos a Moisés, recordemos con cariño su sonrisa cálida, su dedicación incansable y su amistad sincera. Aunque físicamente ya no esté entre nosotros, su espíritu vive en los recuerdos y en las vidas que tocó. Sigamos enriqueciendo nuestras vidas con la bondad y la calidad humana que Moisés nos enseñó.
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